miércoles, 16 de abril de 2014

On the air. Primera Semana.


Cada Enero me imagino llegar a Junio con un tipazo de infarto y ya estamos en Semana Santa y el infarto puede que me dé a mí de la grasa acumulada. Todo el mundo feliz con la subida de las temperaturas y yo sufriendo porque me pasa con el verano como con los gofres: la idea es mucho mejor que la acción. El gofre huele delicioso, se presenta apetitoso, pero, al primer mordisco, ya me he cansado de él porque no es tan sabroso como promete. Con el verano me sucede tres cuartos de lo mismo: a poco calorcito que haga ya me veo yo con mis faldas largas y vaporosas de una fiesta fashion en la playa a otra, noches con olor a jazmín y un moreno precioso resaltando mis ojos claros … ¡¡¡Tururú!!!... Mi mente es tan rubia que, cuando me imagino a mí misma, me pongo cuerpo de modelo y serenidad de diva de los cincuenta y olvido que en las fiestas de la playa acabo pareciendo una merluza rebozada porque la humedad y la arena son unas anfitrionas muy dedicadas y no te abandonan ni un momentito y que ese moreno espectacular que anhelo se traduce en caótico hasta el punto de que mi hijos, cuando eran pequeños y el día estaba despejado, buscaban formas en las manchas de mi cara a falta de nubes. Y las encontraban…

Las presumidas con cuerpo Danone disfrutan como locas luciendo palmito pero las presumidas con cuerpo flan Danone nos convertimos en expertas ocultando defectos. A mí me han llegado a llamar de la CIA para que imparta un seminario de disimulo… Todo vale para mantener el estilo: desde inventarse una alergia para llevar rebeca y tapar mollitas, hasta fingir un esguince de tobillo para no tener que pasear por la playa y que algún alma cándida te traiga agua para ir refrescándote in situ. Total, calor ya estás pasando, ¿qué pierdes pasando un poquito más?... Bueno, vale, puede que el conocimiento tras el desmayo pero ¿y la oportunidad que te da eso de conocer a un médico monísimo que te prescriba aire acondicionado y te invite a cenar para confirmar que sigues sus recomendaciones?... Si las modelos famosas siempre son descubiertas cuando acompañaban a su amiga a un casting en el que ellas no tenían ningún interés, tú bien puedes conocer al amor de tu vida en la parte noble de urgencias (de sala de espera nada). Es el Karma. Glamour con glamour se paga.

Aunque parezca superficial, estar guapos es una labor social que cuenta como buena acción diaria: hay que llenar el mundo de Belleza, empezando por uno mismo. Y ya os aviso que el calor no es excusa para ir hortera. ¿Dónde demonios se ha establecido que se puede renunciar a un grado más de hermosura por la comodidad?. ¿Qué habría pasado si Cenicienta le dice al Hada Madrina que pasa de zapatos de cristal, que con sus chanclas va más cómoda?. Si Rapunzel se hubiera cortado el pelo porque le daba calor, aún estaría en la Torre, hecha una uva seca…

Hace poco me preguntó mi hijo porqué yo llevaba medias incluso en verano. Me quité una y me dejé la otra. Él me echó un vistazo y me dijo: “Ah, vale, mamá, mucho mejor la pierna pixelada”… Y los niños no mienten.

Aún nos quedan unos meses para mejorar nuestro cuerpo y no tener que andar encubriendo defectos, así que os quiero ver a todos haciendo deporte por la ribera del rio…. Yo seré la que os saluda desde la barandilla del Puente…

P.D. Al ser el segundo texto para la radio, alguna frase la he tomado prestadoade otro de mis post. http://www.ivoox.com/red-carpet-onda-cero-14-4-2014-audios-mp3_rf_3024825_1.html?autoplay=1

 

lunes, 7 de abril de 2014

On the air. Preludio.


Bajo el título "On the air", voy a pasaros el texto completo de mi intervención semanal en la radio (un poco más largo que el que sale en antena porque allí ha de ser con menos frases subordinadas, ¡¡¡con lo que a mí me gustan los paréntesis!!!). Iba a poner lo audios pero no consigo subirlos (la vena rubia), de eso os libráis porque mi voz es cursi  de impresión y voy acelerada, pero es el primero y prometo mejorar (si no me echan ya). Esto no evita que, antes de que acabe la semana, os castigue con un nuevo post, en formato de blog  porque tengo mucho que contar y es mi medio mimado... En éste, que me presento, repito algunas cosas, espero no aburrir mucho con la reiteración, pero era necesario: no vaya a pensar el oyente que no me conoce que soy coherente (venga, apreciad la poesía del pareado, estoy que me salgo)... Allá va:

 Cuando era físicamente adolescente (porque emocionalmente no tengo claro si sigo siéndolo), mi madre siempre se preocupaba y me insistía en que, al salir de casa,  llevara aspirinas, con la orden tajante de que, en cuanto estuviese diez minutos con alguien, le ofreciera… Decía que yo hablaba tanto que su mayor temor además del hecho de que me raptaran, era que le interpusieran una demanda por contaminación acústica. Quizá por eso estudié Derecho, mataba varios pájaros de un tiro: me podía defender sin coste alguno de cualquier reclamación y, al mismo tiempo, podía hacer sitio en mi bolso dejando de llevar las dichosas pastillitas. Una razón mucho más sincera que la paz mundial y ayudar a los demás… Nunca se lo he tenido en cuenta porque reconozco que es cierto: había demasiados factores externos que me indicaban lo mismo. Recuerdo que, al acabar el 3º de BUP, mi profesor de Historia nos escribió dedicatorias en la foto de fin de curso a cada alumno. A la mayoría de mis compañeros les puso frases del tipo: “Sigue así. Eres una gran persona”, “Te auguro un gran futuro”, “Tu inteligencia hará que alcances las metas que te propongas”. A mí no. A mí me puso un triste “Esperando que tu palabra llegue…”. No sólo era una birria de dedicatoria (a no ser que pensara que yo era un profeta) sino que dio pie para que algún graciosillo escribiera debajo: “¡¡¡¿Más?!!!... Si sus palabras llegan, el problema es que no se van… Nunca”. Quizás yo no hablara tanto, puede que ellos escucharan de más, el caso es que ahora, a mis cuarenta y tres años me dejan hacerlo públicamente y, además, para contar lo que mejor se me da: mi vida. Y para aquel que piense que no es congruente que considere que mi vida se me da bien teniendo en cuenta lo desastre que soy, le diré que todo el mundo da por sentado que lo que mejor se le daba a Picasso era pintar y algún que otro cuadro, sinceramente, es una verdadera calamidad…



Tengo dos hijos… Bueno, creo… Nunca los veo el tiempo suficiente como para contarlos y, cambian tanto de un día para otro, que igual tengo más y no me acuerdo. Comer, comen por veinte. Lo sé porque la chica del supermercado al que envío la lista para que me la traigan a casa y yo nos hemos hecho amigas de la asiduidad con la que nos comunicamos. Claro que era eso u odiarla. La primera vez que hice el pedido, me llamó para sustituir algunos productos que no tenían en ese momento. Me indicó que en dos días les llegaba la mercancía pero que había preferido hablar conmigo para que escogiera el cambio de género o el atraso en el reparto, por si no llegaba a tiempo para la fiesta. “¿Fiesta?... ¿Qué fiesta?”, le pregunté más que extrañada. La pobre me contestó: “Bueno, señora, es que con tantas patatas fritas, refrescos, comida rápida, pizzas y dulces, he pensado que era para un evento”… No cocino, no coso, soy rubia por elección, odio ir a lavar el coche, tengo que llamar a mi madre para saber dónde está el aspirador en mi casa, al colegio de mis retoños sólo voy, como ellos, cuando no tengo más remedio y por obligación, he que pensar en su edad para saber en qué curso están y ni así lo adivino, siempre se me adelanta quien me atiende el teléfono… Cuando me separé, tuve que plantearme mis prioridades y renunciar a responsabilidades en pro de otras más urgentes... ¿Os lo habéis creído?... Yo llevo años convenciéndome de ello aunque me imagino perfectamente a San Pedro negándome el paso al Cielo por dejación de deberes maternales a la menor excusa… Seguro que me dice: “Sí, claro, bonita, los potitos fríos, las camisas sin planchar porque van debajo del jersey, inventarte mucho trabajo para que la abuela los lleve a los cumples… Todo eso era fuerza mayor porque realizabas en su lugar actos vitales para la educación y bienestar de tu prole, ¿no?”… Pero yo tengo la respuesta adecuada. “Pedro, portero… Déjame pasar, anda… Que soy VIP (Vanidosa, Ilicitana y Pálida)”… Y si se pone borde, ya me quedo fuera, en la terraza del Paraíso, que con esto del tardeo tan de moda ahora, es donde está lo divertido…

Os he dado pinceladas para que sepáis qué esperar. Puede que acabéis prefiriendo que os diese aspirinas… Cuando les conté a mis niños el miedo que tenía mi madre a que me secuestraran y a que aburriera a los demás. Hugo, el mayor, me dijo: “Bueno, mamá, al menos ya no puede temer lo mismo: a tu edad, no vas a ser el objetivo de ninguna organización de trata de blancas”… Ariel, el pequeño, le contestó: “Bueno, no sé yo… A salvo del todo no está: igual tiene mercado como producto vintage”… Eso es a lo que me enfrento yo cada día…

A pesar de todo, mis hijos me apoyan en esto de contar mi versión del mundo cotidiano. El mayor me ha dicho: “Haz lo que quieras. Yo me voy a estudiar el año que viene al extranjero…”.


Audio del Programa: http://www.ivoox.com/red-carpet-onda-cero-7-4-14-audios-mp3_rf_3011756_1.html