martes, 4 de septiembre de 2012

Nacida para aplaudir...


“¿Tú tienes hobbies?”, me preguntó un chico hace poco. “No, yo soy más de elfos”, le contesté… Confieso que recurrí a la gansada porque nunca sé que contestar a esa pregunta.  Las musas no se han acordado de mí. O a mí me parecieron un grupito de mujeres muy monas y bien vestidas y decidí evitar la comparación haciendo cola para entrar en la fiesta de Baco. No tengo recuerdos nítidos de aquella época (señal de que me dejaron entrar en la fiesta de Baco). Os lo voy a probar, con tres ejemplos.

 

Euterpe, musa de la música. Directamente, no sé cantar: cuando eran pequeños, mis hijos me decían: “Por favor, mamá, no nos cantes una nana. Te prometemos que nos dormimos.”. Me lo decían con terror. Aprendieron a hablar a los pocos días de nacer, hasta ahí llegaba su necesidad de hacerme comprender la tortura involuntaria a la que les sometía. Lo malo es que debería haberlo sabido sin necesidad de llegar a esos extremos: ya en el colegio era la única niña exenta de música (no de gimnasia, que era lo habitual en las exenciones maravillosas). La razón de mi salvoconducto fue un examen de flauta. Teníamos que tocar Noche de Paz. Yo no la toqué, yo la soplé: tarareaba la canción insuflando aire a la flauta, con lo que el instrumentito pitaba y la melodía la creaba yo canturreando. Al terminar, más feliz que unas castañuelas (las cuales tampoco sé tocar), levanté la cabeza, orgullosa de mi versión New Age del villancico en cuestión. En lugar de aplausos (que yo seguía esperando cuando se les pasara a mis compañeras el estupor de la admiración), me llegó la voz de la profesora que sentenció: “Cristina, tienes un aprobado general para el resto del curso. No aguanto una recuperación contigo”….

 

Terpsícore, musa de la danza. ¡¡¡Ay, con lo que me gusta a mí disfrazarme y dar saltitos!!!. Mi madre, que vio que tenía una hija poca cosa, clarita y presumida, decidió llevarme a ballet. Iba tres días a la semana y dedicábamos todo el año a preparar la función final. Todas me tenían envidia porque yo siempre hacía los solos, siempre, siempre. Se me veía radiante: con mi tutú, mis lentejuelas, mi maquillaje con purpurina, mis plumas de colores…  Os aseguro que recuerdo pensar, en el escenario, que quedaría fenomenal una reverencia a mi público, en ese momento, en mitad del baile, extendiendo mi vaporosa falda, para que se mostrara en todo su esplendor, y hacerla… Y la gente me aplaudía, que conste. Después de cada actuación tenía el ego por las nubes, así que, en una de esas, mi madre, a quien nunca acusarán de ser una sentimental, me dijo: “A ver, Cris, que lo haces fatal. La profesora te deja los solos para ti porque me ha dicho que eres incapaz de seguirle el ritmo a nadie y que le estropeas los cuadros si sales con las demás niñas…”. Ahí terminó una prometedora carrera, digan lo que digan.

 

Erato, musa de la poesía amorosa. Hubo un tiempo en que escribí poesía pero nunca amorosa. Nunca consigo evitar un poco de vergüenza ajena cuando leo poesía amorosa, salvo que el autor se haya muerto hace tiempo, porque como la vergüenza es ajena y él ya no puede sentirla, nos evitamos ese mal trago los dos. No consigo dejar de ver un toque cursi que me molesta.  Es tan fina la línea que separa lo pasteloso de lo bonito… Supongo que podría escribirla pero no sentirla, con lo cual no es la musa la que me está inspirando. Probemos:

 

            Anoche no estabas a mi lado,

            la luna no me supo dar razón,

            Tenías el móvil apagado…

            ¿Dónde estabas, so pendón?

            ¿Con la rubia casquivana

            O la morena fogosa?...

            Te diré que en la mañana

            ambas dos son horrorosas.

            Pero a este dolor que no cesa

            ponerle fin yo busco:

            voy a agenciarme otra presa

            con más dones y mejor gusto.

 

Como que no, ¿verdad?...

 

            ¿Entendéis ahora por qué no sé que contestar a la pregunta sobre mis aficiones?. ¿Qué digo?. ¿Qué me gusta leer y viajar?. Pues claro, pero entonces indagan más profundamente y se evidencia mi naturaleza caótica.

Mi interlocutor:“¿Ah, sí?. ¿Y qué te gusta leer?”…

Yo (lo puesto entre paréntesis es lo que expresa su cara que está pensando conforme le aclaro su cuestión): “Pues me gustan las novelas de miedo  y las historias sobrenaturales (gótica y/o crédula), las de risa y de chicas (superficial), las biografías (pedante),  los comics (friki)… Casi todo, en realidad (dispersa)… Eso sí, no soporto los libros de autoayuda”.

Mi interlocutor: “ (Ea, bonita, pues precisamente eso es lo que estaba pensado que te hace falta). Bueno, me alegro de haberte conocido. Mis amigos me llaman. He de irme. Ya”…

 

            ¿Por qué hay preguntas tan simples, de respuestas tan comprometidas?. Tú puedes tener una sana afición a coleccionar, qué sé yo, dedales de costura, por ejemplo, pero, si lo dices en voz alta, suena estúpido incluso a ti mismo (yo colecciono ranas, que tiene mucho más sentido, por supuesto). No te engañes, el que te pregunta por tus hobbies te va a juzgar, consciente o inconscientemente. Da igual de qué se trate. Si tu afinidad es por la música, te preguntarán qué tipo de música te apasiona. Cuidado. Mucho cuidado. Eso es casi peor que confesar tu tipo de lectura. La música crea fieles cual religión y de todos es sabido que un devoto de Springsteen (equivalente a una religión tipo la católica, judia, ese estilo) no es compatible con un devoto de Justin Bieber (eso tira más bien a la Cienciología). Uno de los dos ha de convertirse para que esa relación llegue a buen puerto, sea el tipo de relación que sea, incluso vecinal (casi con más motivo, que a ellos los escuchas en casa). Un consejo: ante la duda, dí que te gusta la música de los ochenta. Eso fue un batiburrillo de anarquía musical, equivalente al budismo, que nadie sabe muy bien de qué va (tantas variantes, verdades verdaderas, diferentes formas de rendir culto) salvo que lo hayas vivido desde dentro, pero que a todo el mundo le cae bien porque la impresión que da es la de “yo a mi rollo y tú al tuyo”…Si no, ¿cómo se explica que compartiesen Lista de Éxitos Los Pecos e Inhumanos?…

 

            De momento, yo soslayé el interrogatorio. Me salvé por los pelos (y por un mojito que decidí que necesitaba urgentemente en ese instante), pero el peligro acecha. Antes de convertiros vosotros en los inquisidores con preguntas tan aparentemente inocentes, pensad en las consecuencias de los distintos tipos de respuesta, y haced otras menos íntimas, cómo la marca de ropa interior, por ejemplo. Dará más juego. Si cuestionas directamente a alguien sobre sus hobbies, vas a perderte la oportunidad de desvelar el misterio por métodos más sutiles… Tienes que ir conociendo poco a poco a una persona para apreciar en su justa medida su afición por coleccionar trocitos de cables de alta tensión despeluchados que guarda en una urna transparente que sólo puede ser vista desde la cama de su dormitorio… ¿Cogéis la idea?....

 

           

                       

           

           

 

3 comentarios:

  1. Ademas de reírme un rato leyéndolo, me he reído aun mas intentando imaginarme tocando la flauta y con el tutu. No Coment ...

    ResponderEliminar
  2. Coleccionas ranas venenosas o no venenosas? No te estoy juzgando eh

    ResponderEliminar
  3. Valiente y Graciosa,¡sí señor! , me he puesto al día leyendo todas las entradas atrasadas y "valiente y graciosa" es el comun denominador en todas. No me puedo decidir entre "divertido-interesante-más razon que un santo" ¿? estas opciones no son incompatibles aquí, son acumulables.. en fin.. pregunta a "los de blogspot.com" a ver si "esto" se puede cambiar...¿? Este blog tienes que cuidarlo. (Sé que hay convenciones/encuentros de bloggeros que son estupendas para intercambiar ideas ). No se encuentran "columnistas/periodistas/colaboradores/tertulianos y demas"pseudo-periodistas remunerados para crear/manipular opinion", que digan verdades como puños y mucho menos con tanta gracia. Gracias por decir verdades, leerte esta mañana ha sido "balsámico", incluidos esos enfados ...al estilo "perez-reverte"...., Chapeau! Cristina.

    ResponderEliminar